EL LEGADO
A continuación, transcribí una historia, sacada del libro "Cuentos de los Derviches", que me pareció muy interesante en cuanto se ve claramente que en el derecho muchas cosas pueden ser distintas a lo que nos puede parecer obvio.
Ezequiel Zaiat
Un hombre murió lejos de su país, y la sección de su testamento destinada a legados, la dejó escrita en estas palabras: "Que se permita a la comunidad donde las tierras estén situadas, tomar lo que deseen para sí, y dar lo que ellos deseen a Arif, el humilde."
Ahora bien, Arif, en aquel tiempo, era un hombre joven, que contaba con mucha menor autoridad aparente que cualquier otro miembro de la comunidad. Fue así como los mayores se apoderaron de cuanto quisieron de las tierras legadas, y asignaron a Arif un fruslería que nadie quería.
Muchos años después, con su fuerza y sabiduría desarrolladas, Arif se presentó ante la comunidad reclamando su patrimonio.
"Estos son los objetos que te hemos asignado de acuerdo al testamento", dijeron los mayores. No se sentían usurpadores, ya que se les había dicho que tomaran lo que desearan.
Mas en medio de la discusión, un hombre desconocido, de grave semblante y presencia imponente, aparición entre ellos y dijo: "La intención del testamento era que vosotros diérais a Arif aquello que deseabais para vosotros mismos, pues él puede hacer el mejor uso de ello."
En el instante de lucidez que esta declaración dio a los mayores, estos pudieron ver el verdadero significado de la frase: "Permítaseles dar lo que ellos deseen a Arif."
"Sabed", continuó la aparición, "que el testador murió imposibilitado de proteger su propiedad, que hubiera sido usurpada por esta Comunidad si él hubiese hecho a Arif su heredero en forma directa. En el mejor de los casos hubiera causado discordias. De manera que os la confió a vosotros, sabiendo que, considerándola vuestra propiedad, cuidaríais bien de ella. entonces dispuso sabiamente para la preservación y transmisión de esta riqueza. Ahora, ha llegado el momento en que debe ser devuelta para su uso correcto"
Fue así como la propiedad fue devuelta; los mayores pudieron ver la verdad.
Ahora bien, Arif, en aquel tiempo, era un hombre joven, que contaba con mucha menor autoridad aparente que cualquier otro miembro de la comunidad. Fue así como los mayores se apoderaron de cuanto quisieron de las tierras legadas, y asignaron a Arif un fruslería que nadie quería.
Muchos años después, con su fuerza y sabiduría desarrolladas, Arif se presentó ante la comunidad reclamando su patrimonio.
"Estos son los objetos que te hemos asignado de acuerdo al testamento", dijeron los mayores. No se sentían usurpadores, ya que se les había dicho que tomaran lo que desearan.
Mas en medio de la discusión, un hombre desconocido, de grave semblante y presencia imponente, aparición entre ellos y dijo: "La intención del testamento era que vosotros diérais a Arif aquello que deseabais para vosotros mismos, pues él puede hacer el mejor uso de ello."
En el instante de lucidez que esta declaración dio a los mayores, estos pudieron ver el verdadero significado de la frase: "Permítaseles dar lo que ellos deseen a Arif."
"Sabed", continuó la aparición, "que el testador murió imposibilitado de proteger su propiedad, que hubiera sido usurpada por esta Comunidad si él hubiese hecho a Arif su heredero en forma directa. En el mejor de los casos hubiera causado discordias. De manera que os la confió a vosotros, sabiendo que, considerándola vuestra propiedad, cuidaríais bien de ella. entonces dispuso sabiamente para la preservación y transmisión de esta riqueza. Ahora, ha llegado el momento en que debe ser devuelta para su uso correcto"
Fue así como la propiedad fue devuelta; los mayores pudieron ver la verdad.
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